domingo, 11 de enero de 2015

El jardinero satinado, un ave metida a jardinero

Abrimos esta nueva sección en nuestro blog: Objetivo reproducción. Creamos esta sección con la intención de descubrir todo aquello que puede parecer curioso, extravagante o insólito en cuanto a la reproducción de los animales, de todos, a cualquier comportamiento interesante que se produzca desde el cortejo hasta la crianza; como podría ser la inseminación traumática de las chinches de cama o los vistosos cortejos de las aves del paraíso.
 
El jardinero satinado o pergolero satinado (Ptilonorhynchus violaceus) es un ave que solo se encuentra en el este de Australia y cuyo cortejo es de los más complejos dentro de las aves. ¡Para que la hembra acepte aparearse el macho debe construir un bonito jardín!
Macho y hembra de Jardinero satinado (respectivamente)
Dentro de la familia en la que se encuentra el jardinero satinado hay otras especies de aves que realizan construcciones similares para atraer a las hembras, construcciones que van desde una zona de tierra limpia con ramas agrupadas en el centro hasta la compleja estructura del jardinero satinado. Estas construcciones ayudan a la hembra a decidirse por el macho con el que se reproducirá, ya que el macho que haga el jardín más vistoso será el mejor con el que tener su descendencia.
 
Cuando se acerca la época de reproducción los machos empiezan a construir sus “regalos” para las hembras, ya que requieren mucha dedicación. Empiezan agrupando en una zona determinada ramitas y esparciéndolas por el suelo, para después construir con ellas dos pilares de ramas creando un pasillo que llega a alcanzar un metro de altura. Este pasillo es el centro de su jardín, solo falta adornar los alrededores. Para finalizar su trabajo el macho de jardinero satinado se dedica a recolectar una serie de objetos especiales, objetos que sabe que a la hembra le gustan, en el caso de esta especie objetos azules. Pero aunque parezca que terminado el macho siempre está retocando e intentando mejorar su jardín. La competencia entre los machos es elevada y no dudan en visitar a sus competidores para destrozar su jardín o robarles cualquier objeto.
 
Una vez terminado el jardín le toca a la hembra hacer acto de presencia. Se ha descubierto que las hembras siguen tres pasos antes de decidirse por un macho:
  • Visitar los jardines en ausencia del macho.
  • Visitar los jardines con los machos presentes.
  • Visitar el jardín del macho elegido después de construir el nido y dar paso a la cópula.
 A pesar del duro trabajo del macho de jardinero satinado, la utilidad de su jardín toca a su fin, ya que no se utiliza de nido. El nido lo construye la hembra en la copa del árbol antes de la cópula, aunque el esfuerzo le valió la pena.